Ritmos que Ayudan a Concentrarse: Actividad Musical para Mejorar la Atención

Ritmos que Ayudan a Concentrarse


actividad musical para hacer en clase



Edad recomendada: 6-10 años

Duración: 30 minutos

Objetivo principal: Fomentar la concentración, la autorregulación y la expresión a través del ritmo y el juego musical.


Material necesario:

  • Pequeños instrumentos de percusión (maracas, panderetas, tambores, etc.). Si no tienes instrumentos, puedes usar objetos cotidianos (cajas, cucharas, etc.).
  • Equipo de reproducción de música o altavoces.
  • Canciones con ritmos fáciles y marcados (pueden ser desde canciones infantiles hasta música con un ritmo claro como algunas piezas de percusión).

Desarrollo de la actividad:

  1. Introducción y explicación del ritmo: Empieza explicando que en esta actividad vamos a descubrir cómo el ritmo nos puede ayudar a concentrarnos y a sentirnos mejor. Comenta que el ritmo es como un "motor" que nos guía, y que vamos a seguir ese motor para movernos y pensar con más claridad.
    “Hoy vamos a jugar con los ritmos. Los ritmos nos pueden ayudar a concentrarnos, a calmarnos o a llenarnos de energía cuando lo necesitamos. Vamos a aprender a seguir ese ritmo para sentirnos mejor y tener más control.”

  2. Juego de "Sigue el ritmo": Comienza con una actividad de ritmo sencillo donde el objetivo sea seguir patrones básicos. Puedes hacer un patrón de golpes (por ejemplo, tres golpes en una mesa o tambor) y pedir a los niños que lo repitan.

    • Ejemplo: Golpea tres veces en el tambor o mesa y haz una pausa breve. Luego, pídeles que imiten ese ritmo.
      “Escucha este ritmo: uno, dos, tres… pausa. Ahora, ¡vosotros lo repetís!”

    Consejo: Empieza con ritmos sencillos, sin prisas, y aumenta gradualmente la complejidad si ves que los niños lo asimilan bien.

  3. Juego de “Cambio de ritmo”: Cambia el ritmo después de unos minutos. Haz ritmos más rápidos o más lentos, para que los niños aprendan a ajustar su atención y sus movimientos a diferentes velocidades. Puedes hacerlos caminar o moverse siguiendo los ritmos con los pies o las manos.
    “Ahora vamos a probar algo nuevo: cuando el ritmo es rápido, ¡nos movemos rápido! Y cuando es lento, nos movemos despacio. ¡Escucha y sigue el ritmo!”

  4. Ritmo y movimiento para liberar energía: Los niños con TDAH a menudo tienen mucha energía, por lo que es importante incluir momentos en los que puedan moverse libremente al ritmo de la música. Elige una canción animada y deja que los niños se expresen libremente con sus cuerpos al ritmo de la música. Este ejercicio no solo libera energía, sino que también les ayuda a sentirse en control de sus movimientos.
    “Vamos a movernos al ritmo de esta canción. Podéis saltar, bailar o correr, pero siempre siguiendo el ritmo. ¡Divirtámonos!”

  5. Ejercicio de relajación con música suave: Después de la fase de liberación de energía, cambia a una música más suave y lenta. Pide a los niños que, poco a poco, reduzcan sus movimientos y se sienten o tumben en el suelo. Pueden cerrar los ojos y seguir el ritmo de la música relajante con suaves golpecitos en el suelo o en su propio cuerpo.
    “Ahora vamos a escuchar una música tranquila. Vamos a sentarnos y escuchar cómo suena. Si queréis, podéis seguir el ritmo suavemente con las manos o los pies, pero muy despacito.”

  6. Cierre de la sesión – Reflexión sobre el ritmo: Termina la sesión preguntándoles cómo se sienten después de haber seguido los ritmos. Haz que compartan si les ha resultado fácil o difícil, si les ha gustado más el ritmo rápido o el lento, y cómo creen que el ritmo les ha ayudado a concentrarse o a sentirse más calmados.
    “¿Cómo os sentís después de seguir los ritmos? ¿Os habéis dado cuenta de que los ritmos rápidos nos dan energía, y los lentos nos ayudan a relajarnos?”


Beneficios de la actividad para niños con TDAH:

  1. Mejora de la concentración: Seguir patrones rítmicos repetidos ayuda a los niños a centrarse en una tarea concreta, lo que es clave para desarrollar la capacidad de atención.
  2. Regulación emocional y motora: La música y el ritmo permiten que los niños gestionen mejor su energía. Ritmos rápidos pueden ayudar a liberar el exceso de energía, mientras que los lentos inducen la calma.
  3. Desarrollo de habilidades sociales: Cuando trabajan en grupo, los niños aprenden a escuchar a los demás y a coordinarse, lo que fomenta la empatía y la cooperación.
  4. Control del impulso: Seguir el ritmo implica autocontrol, ya que deben esperar su turno, escuchar y responder al patrón marcado, lo que refuerza su capacidad de inhibir impulsos.

Consejos adicionales para trabajar con niños con TDAH y música:

  • Estructura clara: Es importante que la actividad esté bien estructurada y que las instrucciones sean claras y sencillas. Los niños con TDAH responden mejor cuando saben qué esperar en cada momento.
  • Movilidad: Introduce momentos de movimiento libre dentro de la actividad para que puedan canalizar su energía.
  • Pausa y ritmo: Utiliza la música para enseñarles a gestionar la pausa y el ritmo en sus propios movimientos y emociones. La alternancia entre ritmos rápidos y lentos puede ayudarles a encontrar equilibrio.

Mediante la música, los niños con TDAH pueden fortalecer su enfoque y autorregulación, mientras se divierten en un entorno organizado que favorece el trabajo en sus habilidades cognitivas y emocionales

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