Cómo Motivar a tu Hijo a Tocar un Instrumento: 10 Consejos Efectivos

10 consejos para motivar a tu hijo a tocar un instrumento musical


Si estás pensando en apuntar a tu peque a clases de música… ¡bien hecho!  No solo le estarás regalando sensibilidad y creatividad, sino también una herramienta que le acompañará toda la vida. Pero… (y aquí viene el "pero"), no siempre es fácil que se enganchen. Lo sé por experiencia: soy profe de guitarra, musicoterapeuta y, sobre todo, una firme creyente de que la música debe ser un juego, no un castigo.


La clave está en que asocie el instrumento con diversión, no con obligación. Si no, llegará el día en que diga "¡No quiero ir a clase!" (y será difícil dar marcha atrás). Como profesora de guitarra y musicoterapeuta, te voy a contar lo que a mí me funciona con mis alumnos y sus familias.


Empieza por el juego, no por la teoría.

Antes de meterle en una academia, haz que la música sea parte de su mundo: un karaoke en casa, palmas rítmicas mientras cocináis, o incluso inventar canciones sobre su peli favorita. Si desde el principio lo ve como algo cercano y alegre, le costará menos coger el instrumento después. En mi caso por ejemplo, desde pequeña que he escuchado canciones rock en casa y un dia por mi misma dije, quiero aprender a tocar la guitarra, y siempre lo he visto como un hobby.


Elige el instrumento con él, no por él.

A veces los padres tienen claro qué instrumento quieren que toque su hijo (el piano, el violín...), pero ¿y si a él le gusta más la batería? Déjale explorar. Podéis ir juntos a una tienda de música o ver vídeos de distintos instrumentos. Lo importante es que sienta curiosidad por lo que va a tocar.


Involucrarlo en actividades familiares. 

Si en casa hay alguien que toca un instrumento, aprovéchalo. Los niños aprenden por imitación, y ver a un familiar tocando puede despertar su interés de la forma más orgánica.


Prueba esto:

"¿Quieres sentarte conmigo mientras toco? A ver si reconoces esta canción..."

"Mira, este es el acorde más fácil de la guitarra. ¿Quieres intentarlo?"


La clave está en:


Hacerlo sentir parte (no un espectador)


Empezar con algo sencillo que pueda imitar


Celebrar su participación, aunque solo sea mantener el ritmo con las palmas


Un extra que funciona muy bien:

Cuando estéis escuchando música en casa, coméntale cosas como:

"¿Te das cuenta de cómo el bajo marca el ritmo en esta canción?"

"Esta parte me recuerda a cuando tocamos juntos el otro día"


Así irá desarrollando el oído musical casi sin darse cuenta, y lo más importante: asociará la música con momentos especiales en familia.


Metas alcanzables y logros.

Si tu hijo logra tocar un acorde nuevo en la guitarra o aprenderse una canción, asegúrate de celebrarlo. No hace falta comprarle nada material; a veces, la satisfacción personal es lo que más les motiva. Si cuando aprende una canción le dices: "Es normal, para eso aprendes música", tu hijo puede desmotivarse y verlo como una obligación. Es mejor que lo vea como una actividad divertida.


Un espacio para practicar.

Es importante que tu hijo tenga un espacio propio para practicar su instrumento, un lugar libre de distracciones donde pueda concentrarse únicamente en la música.


Encuentra un buen profesor.

No todos los profesores conectan con todos los niños. Si ves que tu hijo llega frustrado de clase, quizá no es el instrumento, sino cómo se lo enseñan. No tengas miedo de probar con otro profesor que sepa adaptarse a su ritmo.


Clases adaptadas a su edad y con niños de su edad.

Si tu hijo es muy talentoso y deciden subirle de nivel, pueden pasar dos cosas: o le va muy bien o se siente abrumado. Como mencioné antes, la música es una disciplina rigurosa, pero para un niño debe ser algo divertido. Lo ideal es que las clases estén adaptadas a su edad y que esté rodeado de niños de su misma edad. Si tu hijo tiene 7 años, no lo pongas en un grupo con niños de 12, porque eso podría desmotivarle.


Tocar en grupo.

Si tu hijo tiene amigos que también tocan instrumentos, organiza un encuentro para que puedan tocar juntos y compartir lo que han aprendido. Tocar en grupo siempre les da más confianza y motivación.


Ir a conciertos o eventos musicales.

Ver a otras personas tocando en un escenario es una experiencia muy enriquecedora para cualquier persona que quiera dedicarse a la música. Si a tu hijo le gusta ver a alguien tocar un instrumento, como el bajo, en un concierto, eso le transmitirá una sensación de adrenalina que probablemente lo motivará a practicar durante horas.


Deja que improvise.

Es fundamental que tu hijo tenga una rutina organizada para aprender, pero también es importante dejarle espacio para la improvisación. De vez en cuando, permite que explore y cree sus propias melodías. Le gustará ver lo que puede inventar por sí mismo.



Espero que tu hijo decida seguir tocando su instrumento o empezar uno, porque la música es una forma maravillosa de expresión y aprendizaje.


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